– ¿Cuánto tiempo le ha costado pescarlos?
– No demasiado – respondió el pescador.
– ¿Porqué no permanece más tiempo y saca más pescado? – preguntó el directivo.
– Con esto tengo suficiente para satisfacer las necesidades de mi familia.
– Pero … ¿Qué hace usted con el resto de su tiempo? – insistió el directivo.
– Duermo hasta tarde, juego con mis hijos, hablo un buen rato con mi mujer, duermo un poco la siesta y todas las noches voy al pueblo donde tomo vino y toco la guitarra con mis amigos.
– Mire – dijo el directivo- tengo mucha experiencia empresarial y estoy seguro de que podría ayudarle. En mi opinión, debería invertir más tiempo en la pesca, así aumentaría sus ingresos y podría comprar un barco más grande. Ese tipo de embarcación le proporcionaría más ingresos y con lo que podría comprar varios más hasta llegar a tener una flota. Después, en vez de vender el pescado a un intermediario, lo podría hacer directamente a un conservero y con el tiempo abrir su propia empresa.
Por supuesto, debería controlar la producción y la distribución, por lo que debería salir de este pequeño pueblo e irse a la capital donde podría gestionar mejor su empresa.
– ¿Pero, cuánto tiempo tarda todo eso? –preguntó el pescador
– Entre 15 y 20 años – le contestó el directivo.
– ¿Y luego qué? – continuó el pescador.
El directivo sonrió y le dijo:
– Cuando llegue la hora vendería las acciones de su empresa y eso le haría rico.
– Ahhh… Y ¿luego qué? – insistió el pescador.
– Luego se puede retirar. Se traslada a un pequeño pueblo de la costa donde puede dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con sus hijos, charlar con su mujer, ir todas las noches al pueblo donde tomaría vino y tocaría la guitarra con tus amigos.
– ¿Acaso eso no es lo que tengo ya? – respondió el pescador.
0 comentarios